miércoles, 26 de mayo de 2010

viñeta cómica

Reportaje


Cuando Manolete fue abucheado en Burgos



Este mes de septiembre se cumplen 70 años de la primera visita del mítico matador a la Plaza de Vadillos, en la cual recibió una de las mayores pitadas escuchadas en su exitosa carrera.

Todo el mundo tiene un abuelo que le cuenta la misma historia una y otro vez, la mía trascurre en 1940, eran las seis de la tarde y apenas se podía aguantar el calor que hacía aquella tarde en la plaza. Mi abuelo junto a unos amigos vinieron a Burgos a ver la corrida mas esperada del año. Se habían comprado la entrada mas barata, ya que, querían que les sobrase algo del jornal para ir al baile de la noche. Todos llevaban sus fiambreras llenas de fiambre del pueblo y la bota llena de vino peleón, al menos si la faena era mala no perderían toda la tarde.

Antes de cada corrida, los alrededores de la plaza se llenaban de feriantes vendiendo frutos secos, grupos de jóvenes venidos de todos los pueblos de la zona y señoras que se ponían sus mejores galas para ver un espectáculo que a la mayoría de ellas les resultaba ciertamente aburrido, pero era el evento mas importante de las fechas y por tanto ninguna podía faltar a la cita.

El coso situada en lo que hoy en día es plaza de España, estaba dividido en tres zonas claramente diferenciadas. La sombra era la mas cara de la plaza, por tanto, estaba conformada por mujeres muy bien vestidas y por hombres trajeados fumadores de puros. Los ciudadanos de clase media aficionados a los toros, solían situarse en el sol y sombra, cuanto mas cerca de la arena, la calidad de sus meriendas mejoraba. Por último, las peñas estaban situadas siempre al sol, acompañados de varios grupos de jóvenes que no podían comprarse una mejor localidad.

La corrida empezaba a las seis en punto, Manolete iniciaba la faena, estaba vestido con un traje de luces dorado. Mi abuelo siempre me contaba que cuando el diestro saltó hacer el paseíllo las chicas que tenía detrás suyo se levantaron a piropearle, a pesar que, era mucho mas bajo de lo que las radios aseguraban en las retransmisiones típicas de los domingo. Cuando apenas habían pasado unos segundos de las seis de la tarde, se escuchó a la banda anunciando el primer toro. El silencio y la emoción se palpaban en toda la plaza, por fin, iban a poder ver al considerado mejor torero del momento, que poco mas tarde se convertiría en una leyenda del toreo tras su fatídica muerte en la plaza de Linares, en la cual, Islero, un miura de mas de 500 kilos le venció en la batalla, asestiéndole una brutal cornada en el muslo derecho que acabó con su vida.

Los espectadores estuvieron toda el primer tercio muy atentos, pero pronto vieron que Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, no estaba por la labor de cuajar una gran faena. Apenas se arrimaba al toro y daba la sensación que quería salir cuanto antes del coso. La estocada por suerte fue limpia y el animal callo en apenas unos segundo. No se escucharon aplausos, de echo, en algunas zonas de la plaza se oían leves silbidos. Era comprensible teniendo en cuenta que, la entrada era la mas cara de la feria, y que el torero mas importante del momento apenas había enlazado dos buenos pases.

El cartel lo completaban Domingo Ortega y José Mejías, dos bueno espadas del momento. Ambos toreros siguieron la senda de Manolete y apenas ofrecieron espectáculo. Pero los pésimos pases vividos en el tercer toro, adelantaron la hora de la merienda. Era uno de los momentos mas esperados de toda corrida de toros, pero ese tarde lo fue aun mas por lo aburridas que habían resultado las faenas. Todo el mundo sacaba sus fiambreras y ponían toda la comida y bebida en común, ya que, en aquella época era muy normal compartirla los unos con los otros.



Una vez mas se hizo un silencio sepulcral cuando Manolete saltó por segunda vez a la arena, lo acontecido anteriormente parecía no importar. El diestro se situó frente a la puerta de toriles y en cuando saltó el morlaco, se marcó una espectacular manoletina. Por desgracia eso debió de ser todo lo bueno que se pudo ver el resto de la faena. Una vez mas el maestro parecía tener pocas ganas de conseguir algo y poderse ganar algún trofeo. El público no esperó a que el cuerpo inerte del toro fuese retirado de la arena para mostrar su indignación. Si en el primero de la tarde solo fueron algunas zonas aisladas de la plaza las que mostraron su descontento mediante abucheos, ahora hasta la zona mas noble se levantó de sus asientos y mostró su total descontento. Mi abuelo me asegura siempre que me repite esta historia, que las jóvenes refinadas, que al principio de la tarde se habían levantado a piropear a Manolete, incluso dirigieron algunos insultos al torero.

La plaza había sido inaugurada el 14 de septiembre de 1862 y hasta este día no se recordaba una indignación tal entre los presentes. De echo, cuando Domingo Ortega, llevaba cinco minutos toreando a su segundo toro de la tarde, apenas quedaba media plaza en sus asientos, a pesar, de que aquella tarde se había llenado hasta la bandera. Mi abuelo y sus amigos se quedaron, ya que, habían entablado amistad con una de las peñas y estaban cantando canciones de la época.

A eso de las ocho de la tarde por fin acabó aquel pésimo espectáculo, aunque se contaban por decenas los aun presentes en la plaza. Manolete, Domingo Ortega y José Mejías abandonaron el coso cabizbajos bajo abucheos e insultos. En las cónicas del día siguiente, los expertos taurinos etiquetaron esa faena como una de las peores de la carrera de Manolete.


Las corridas en Burgos cambiaron de fechas dos años mas tarde, y pasaron a celebrarse en el mes de junio, coincidiendo con las fiestas de San Pedro y San Pablo, pero aun se seguía hablando de lo que había ocurrido en aquella desastrosa tarde de toros.

El 30 de junio de 1944 los empresarios de la plaza decidieron traer de nuevo a Manolete. En estos cuatro años, se había convertido, con diferencia sobre el resto, en el mejor torero de la historia. Por ello a pesar de ser una vez mas la corrida mas cara de la feria, Monolete junto a Pepe Bienvenida y Manuel Alvarez, El Andaluz, llenaron la plaza, acudiendo incluso personalidades de la índole de
El general Yagüe, el gobernador civil y jefe provincial del movimiento, Manuel Llera, y el vicepresidente de las Cortes, señor Alfaro. La faena fue bastante buena, ya que, Bienvenida se gano una oreja y la consiguiente vuelta al ruedo, y Manolete tras unas muy buenas verónicas obtuvo la ovación de la tarde y fue premiedo con una oreja. Por desgracia no tuvo tanta suerte en su segundo toro y no pudo abrir la puerta grande de Los Vadillos.

Los expertos aseguraron que Manolete dio una lección de toreo estático y vertical, mereciendo así una clara recompensa mayor, pero que pago con intereses la deuda que había adquirido con los burgaleses cuatro años antes. No hubo que esperar mas de un año para volver a verle, ya que, en las fiestas de 1945 volvió a la Plaza de Vadillos.

Se repetía la historia de hace cinco años, era una tarde soleada, mi abuelo compro dos entradas, una para el y otro su mujer, ya que, se había casado el año anterior. Llevaban sus fiambreras a la plaza, pero esta vez vestía su traje de los domingos. El no quería ir a la corrida, ya que, se había quedado muy desencantado con su primera actuación, pero su mujer, le había visto en las revistas de la época y quería conocerle en persona.

Una vez mas todo estaba lleno, Manolete toreaba en último lugar, por lo que la plaza no se lleno por completo hasta el segundo toro. Esta vez el cordobés quería abrir por primera vez la puerta grande de la plaza, por lo que se arrimó al toro lo mas que pudo e hizo tres series de pases que dejaron sin palabras a todos los presentes, pero a la hora de matar, tuvo mala fortuna y erró en un par de ocasiones. Por lo que perdió su oportunidad de oreja, a pesar, de que media plaza la pidió insistentemente. En su segundo toro demostró porque era el mejor torero del momento. Desde principio a fin hizo todo lo posible para conseguir su fin, abrir la puerta grande. Pero una vez mas cometió un pequeño fallo al final de su faena, justo antes de entrar a matar, el toro le hizo un extraño y le dio un pequeño revolcón por el suelo. Cuenta mi abuelo, que mi abuela le agarró tan fuerte de la mano, que el pensó el resto del día (sin que ella lo supiese claro) que se la había roto. Tras el susto, Manolete entró a matar y le asestó una estocada perfecta que acabó en segundos con la vida del animal. Todo el mundo sacó sus pañuelos y pidió mas de una oreja para el diestro, pero este, solo se vio recompensado con una. Una vez mas se había quedado sin su puerta grande.

Al año siguiente se le volvió a incluir en el cartel de fiestas, pero tubo una cogida algunos días antes del festejo y tuvo que ser sustituido por otro torero a última hora. Pero los empresarios de la plaza tenían la obsesión de ver a Manolete cruzando la puerta grande de Los Vadillos. Por ello, se le contrato para la feria de septiembre de 1947. Pero como ya citamos antes, el matador encontró la muerto en la plaza de Linares.

La leyenda de Manolete a ido creciendo década a década, siempre a sido recordado como uno de los mejores, sino el mejor, matador de la historia del toreo. Pero para algunos abuelos que pudieron presenciar la primera corrida de Manolete en Burgos, también será recordado como uno de los mayores abucheos que vivió la plaza de toros de Los Vadillos,


Los Vadillos, la primera plaza de toros de burgos.

La primera plaza de toros de burgos, se levantó entre 1860 y 1862, estaba situada en la Plaza de España actual y fue derribada en agostó de 1967 tras la construcción de la actual plaza del Plantio.

La inauguración oficial tuvo lugar el 14 de septiembre de 1862, actuando los diestros; Julián Casas “Salamanquino” y Manuel Domínguez “Desperdicios. En ella además de corridas de toros se celebraban circos, ferias y todo tipo de espectáculos variados.

Por ella pasaron los principales toreros de la época, entre ellos el antes citado Manuel Laureano, “Manolete”.

Entrevista

Los aficionados al toreo éramos mucha mas entendidos antes”


Tras 85 años siendo uno de los mayores seguidores del toreo en nuestra provincia, Telesforo Tordable, nos habla de como se vivían los toros a principios del siglo XX y especialmente en la plaza de toros de los Vadillos.


Entrevistador: ¿Ha cambiado mucho el mundo del toro?

Telesforo: No del todo, la forma de torear si que ha cambiado mucho, se tiene mas miedo al animal, pero sigue habiendo muchos toreros que se parecen a los de antes. Hay que tener también en cuenta, que, ahora hay muchos mas profesionales que antes, por tanto el nivel ha descendido. Aunque sigue siendo una espectáculo precioso.

Entrevistador: ¿Como estaba nuestra provincia en cuanto a toreros y a ferias?

Telesforo: En los pueblos siempre había mozos que hacían sus pinitos, pero, toreros profesionales había muy pocos y famosos menos.

Las ferias en los pueblos no existían, si acaso, alguna suelta de vaquillas para los mozos. La buena era la de Burgos, venían toreros muy buenos, de echo, Manolete toreo aquí alguna vez.

E: Las corridas se realizaban en la plaza de Vadillos. ¿Como recuerda usted la plaza?

T: En aquel entonces, a mi me parecía inmensa, fue en la primera plaza en la que estuve. Iba casi todos los años y personalmente me resultaba muy cómoda. De echo debía ser una de las mejores de aquel entonces porque venían muchos vascos a ver las corridas.

Algunos años antes de ser derruida, es cierto, que las instalaciones eran un poco desastrosas. Pero la actual no creo que sea mucho mejor.

E: ¿Era de las plazas importantes del país?

T: Yo creo que si, no era como la de Madrid o Sevilla, pero venían los primeros espadas internacionales. Hay que tener en cuenta que había muchas menos plazas que ahora, y que, los empresarios se las repartían entre unos pocos, por lo que, era mas normal que vinieses figuras.



E: ¿Fue perdiendo importancia a lo largo de los años?

T: Yo creo que si, además se fueron levantando plazas en los pueblos y cada vez venía menos gente a la capital.

E: ¿Hubo alguna polémica por el cambio de plaza?

T: Yo no la recuerdo. Los aficionados pedíamos que arreglasen la plaza porque los últimos años era muy incómoda, asique, cuando hicimos el cambio todos estábamos contentos.

E: Prefiere la de ahora o la de entonces.

T: (tajante) la de entonces, el aforo era casi el mismo y estaba en el centro de la ciudad, asque, no tengo dudas, me quedo con la vieja. Además la de ahora se cae a cachos y no tiene ni cincuenta años. Lo que tenían que haber echo, era arreglarla y mejorar las instalaciones, y con el dinero que se habrían ahorrado traer a mejores toreros.

E: ¿Las instalaciones, del tipo enfermería, toriles etc, que tal estaban?

T: Pues supongo que normales para la época, las enfermerías de las plazas han mejorado mucho en los últimos años, de echo, muchas muertes se podrían haber evitado. Los toriles y esas cosas igual que ahora.

E: Como recuerda las tardes de toros, ¿cómo un espectáculo o cómo un evento social?

T: Había de todo como ahora, pero antes había mucha mas afición. Eso si a las corridas se iba con el traje de los domingos, especialmente las mujeres, podríamos decir que para ellas si que era un evento social, se veían muchas mas que antes. Hay que tener en cuenta que en fiestas no había tantas cosas como ahora, por lo que toda la ciudad se volcaba en masa y de los pueblos veníamos muchas personas.

E: Entonces el precio era asequible para todo el mundo.

T: Si, había entradas caras, como ha ocurrido siempre. pero íbamos muchos campesinos y jornaleros, asique, se puede decir que no eran demasiado caras. También hay que decir que era el único capricho que nos dábamos a lo largo del año y que comprábamos la entrada mas barata. Hoy en día pasa lo mismo, los abonos mas baratos no son caros, el problema, es que, la gente se da muchos caprichos que antes por lo que el precio puede parecer mas elevado.

E: ¿Cuál era el comportamiento dentro de la plaza? ¿Se montaban jaleos si las faenas eran malas?

T: Creo que eso a sido una de las cosas que mas han cambiado a lo largo de los años, antes, la gente sabía mucho mas de toros que ahora, por lo que, en las corridas se formaban muchas tertulias, en las que se comentaba lo que pasaba en la plaza.

Cuando un torero lo hacía mal se le abucheaba, pero, si culminaba una buena faena se le recompensaba justamente, fuese quien fuese, es decir, se le trataba igual a un principiante que a un primer espada. No es como ahora, si viene un torero mediático se le trata mucho mejor que a los novilleros principiantes.

E: Es decir, el ambiente era mucho mas serio.

T: La palabra no es serio, mas bien, eramos mucho mas entendidos, pero eso no quita que, no nos lo pasásemos bien, o que en ocasiones insultásemos a algún torero.

De echo mis mejores recuerdos están en la hora de la merienda y por supuesto con la bota de vino.

E: ¿Cómo eran las meriendas de entonces?

T: Entonces a los toros íbamos con una tartera llena de embutido o algún guiso que hubiese por casa. Todo el mundo las sacaba tras el tercer toro, y las compartíamos los unos con los otros. Era una buena forma de hacer amistades.

E: ¿Qué es lo que mas echa de menos de los toros de aquel entonces?

T: Pues eso, que el público sabía mas de toros, es como ir al fútbol y que te toque al lado de alguien que no se sabe las reglas. Pues resulta un poco aburrido, ya que, te pasas la mitad del partido explicándole las normas. Pues lo mismo en los toros, si estas con gente con la que puedes charlar de la corrida se convierte en algo mas divertido.

E: ¿Y de la plaza de Vadillos?

T: Lo cerca que estaba de todo, hoy en día esa plaza sería una auténtica maravilla, salir de los toros y estar a lado de todas las tiendas y bares del centro. Además a día de hoy sería una de las plazas mas antiguas del mundo, con lo que se convertiría en un punto mas de interés dentro de la ciudad.

E: Bueno, muchas gracias por todo y si quiere añadir algo mas.

T: Muchas gracias, pues nada, que siempre es un placer poderle enseñar a la gente joven cosas sobre la historia del toreo.

Editorial

Un año perdido

Las promesas del ayuntamiento un año mas van a ser incumplidas por el alcalde Juan Carlos Aparicio, a pesar de que Autocid Ford Burgos a conseguido el ascenso deportivo a la liga ACB y que las corridas conmemorativas de las fiestas de San Pedro y San Pablo no se han podido llevar a cabo a causa del mal estado de las instalaciones de la plaza de toros.
Como bien sabe el electorado burgalés el alcalde prometió en las pasadas elecciones que se llevaría a cabo la construcción de un complejo deportivo que albergaría ambas instalaciones en un edificio moderno que pudiese ser usado a lo largo de todo el año por varias disciplinas deportivas y adaptable cuando fuese necesario a una plaza de toros con todos los adelantos tecnológicos que ayudasen al espectáculo. Pero tres años después de las elecciones el proyecto sigue parado por “falta de presupuesto”.
El problemas es que, se ha estado despilfarrando el dinero en obras innecesarias a lo largo de toda la ciudad, incluso se ha desaprovechado el “Plan E” que en un principio iba a ser solicitado para la construcción de este fabuloso complejo.
Poca gente recordará lo que ocurrió en 1960 en nuestra ciudad, pero fue un claro ejemplo de que los burgaleses no nos dejamos tomar el pelo por nadie. En aquel entonces la plaza de toros estaba situada en la plaza España, su estado era similar a la del actual, es decir, desastroso. El alcalde de entonces prometió que construiría un nuevo coso, pero como el actual, incumplió sus promesas. Los burgaleses decidieron salir a la calle a manifestarse exigiendo el cumplimiento de las mismas realizadas años antes. Tras un mes de manifestaciones diarias reprimidas por la policía, se puso la primera piedra de una nueva plaza de toros. Estas manifestaciones fueron un referente nacional, ya que, nunca antes toda una ciudad entera se había levantado contra sus dirigentes. Por desgracia las represiones causaron cientos de heridos y alguna “muerte accidental” silenciada.
La plaza de Vadillos fue demolida años mas tarde, pero supuso durante décadas un símbolo de victoria popular, frente a un gobierno mimado por el régimen.
Por suerte hoy vivimos en una democracia y todo ciudadano tiene derecho a manifestarse sin correr peligro su vida. Pero por desgracia a día de hoy, las manifestaciones en esta ciudad no sirven para nada, ya que, el alcalde y su equipo de gobierno solo se preocupan por el ciudadano en época de elecciones y eso solo es cada cuatro años. Sino solo hay que recordar el antecedente del hospital, ningún ciudadano quiere que se privatice, pero aun así la gestión será privada.
Ya hemos tenido unas fiestas sin toros, por el mal estado de la plaza. Y el mejor club deportivo actual de la ciudad se ha visto imposibilitado a ascender a la mejor liga europea de baloncesto a causa del reducido aforo de sus instalaciones. Pero esperamos que el año que viene no se repita la misma historia y tengamos que volver a lamentarnos por lo que se podría a ver hecho y todavía no se ha llevado acabo.

Artículo

Un toro de bronce recordará la antigua plaza de toros de Burgos

El ayuntamiento de Burgos colocará un toro de lidia de bronce de mas de dos metros de largo en la plaza de España, en recordatorio de la antigua plaza de toros de Vadillos y en homenaje del toreo en burgos.

La idea surgió a raíz del centenario de Cajacírculo, cuando la entidad burgalesa colocó una serie de fotografías antiguas de la ciudad, en las partes mas turísticas de Burgos. A raíz de ellas, los más jóvenes han conocido la antigua ubicación del coso taurino, por ello el ayuntamiento como a afirmado Javier Lacalle “quiere recordar donde se encontraba ubicada la plaza de Vadillos que se mantuvo en pie mas de cien años y conseguir así, que no vuelva a caer en el olvido” aseguró el concejal.

Por esta plaza pasaron los principales maestros de la época y en ella se vivieron espectaculares tardes de toros y ferias de lo mas variado, ya que a su vez hacía las funciones de recinto ferial. Tras su demolición en 1967, la plaza fue cayendo en el olvido a causa de la construcción de un nuevo entorno en plaza de España. A lo largo de los años han sido muchas las voces que exigían la colocación de algún elemento recordatorio en el antiguo entorno de la plaza, pero hasta ayer estas fueron desoídas por todos los equipos de gobierno que han integrado el ayuntamiento.

La escultura de Rafael Huerta, no está exenta de polémica, a causa de sus gigantescas dimensiones, estas, según arquitectos expertos en la materia, atentará con la armonía arquitectónica de la ciudad, ya que, el toro de bronce, inspirado en la famosa escultura “monumento al encierro” situada en Pamplona, pesará mas de trescientos kilos y tendrá una longitud de dos metros.

Su ubicación inicial será al comienzo de la calle San Lesmes, en el antiguo hogar del perro perdiguero, hoy trasladado a un lateral de la plaza España. La escultura se une a las mucha que están componiendo el paisaje de la ciudad, pero esta si cabe, aun a causado mas revuelo entre los ciudadanos burgaleses debido a su descomunal tamaño.

Pero sin lugar a dudas la mayor indignación entre la población a sido a cauda del desorbitado precio de la escultura, que rondará los 50.000 euros. Javier Lacalle concejal del ayuntamiento a afirmado que “esta escultura se convertirá en un referente nacional y supondrá un gran impulso para la consecución de la capital europea de la cultura” asegurando que “Javier Huerta es un referente de la escultura nacional” concluyó el concejal.

La inauguración de la estatua está prevista para finales del mes de junio, coincidiendo con las fiestas de San Pedro y San Pablo. Se organizará una corrida conmemorativa con los principales espadas mundiales que participarán en el propio acto de inauguración. Este festejo en un principio, estará dentro del abono taurino de las fiestas y supondrá la corrida estrella de la feria.